Pequeña y apacible localidad de montaña ubicada sobre una colina a 978 m de altitud en la margen izquierda del río Estarrún, en el recóndito valle de Aísa, con las cumbres pirenaicas al fondo y extensos pinares en el monte que la separa del valle de Borau. La ganadería y la explotación forestal han sido sus tradicionales medios de vida, y en menor medida la agricultura. Abundan las fuentes y manantiales (las Foyas y la Paúl).
HISTORIA
Formó municipio independiente hasta su incorporación al de Aísa en 1972. El fogaje que Fernando el Católico ordenó en 1495 daba a Sposa 14 fuegos. En 1857 tenía 218 habitantes y 140 en 1900. Contaba con 56 en 2004. Son escasas las noticias históricas que se tienen de esta localidad. Propiedad del rey de Aragón, su existencia está atestiguada en un documento del año 1091, pero la mayor parte de referencias son del siglo XIII, en las que aparece nombrada indistintamente Sposa , Asposa y Esposa . Al igual que Aísa y Sinués, entre 1215 y 1238 sufrió los violentos ataques de los nobles unidos en rebelión contra Jaime I. A partir de 1276 se sucedieron en su dominio los reyes Pedro III, Alfonso III y Jaime II y los señores Pedro Cornel y Rodrigo Jiménez de Luna, a los que aquéllos dieron la población en feudo a cambio de otras plazas, hasta que en 1295 pasó definitivamente a manos del rey. En 1785 aún figuraba como lugar de realengo.
ARTE
La iglesia parroquial de San Bartolomé puede datarse en el siglo XVII. Construida en pequeño sillarejo y mampostería, consta de una sola nave con capillas laterales poco profundas cubierta por bóvedas de cañón con lunetos. Al exterior conforma un bloque cúbico de aspecto muy hermético, del que apenas sobresale en la cabecera un ábside, que no llega siquiera al semicírculo, la robusta torre y un pequeño atrio con pavimento de cantos rodados y sobria portada en arco rebajado dovelado.
En el interior llama la atención la disposición sobre las capillas de estrechos espacios que abren a la nave a modo de tribuna, que comunica a su vez con el coro alto a los pies. Los retablos son barrocos, de los siglos XVII y XVIII, obra de mazoneros y escultores locales, con alguna bonita talla en madera de la Virgen y de la Virgen del Rosario. El retablo mayor es de gusto rococó y forma de cascarón, adaptado al ábside. Todavía se conserva alguna sepultura en el suelo y restos del empedrado original.
ARQUITECTURA POPULAR
Conjunto urbano bien cuidado compuesto por un reducido número de casas exentas asentadas en zona llana, construidas con la piedra oscura de la zona (mampostería y pequeño sillarejo) y con tejados de fuerte inclinación, algunos todavía cubiertos con la losa tradicional, aunque en muchos ha desaparecido la chimenea troncocónica. Los vanos son escasos y de exiguo tamaño, con dintel de viga de madera o enmarcados por bloques y sillares de piedra, con la habitual muesca labrada de reminiscencias góticas. De madera aún se puede ver alguna contraventana, con su ventanuco en una de las hojas, y restos de antiguos antepechos de balaustres en los balcones. De interés son Casa Sabina, Casa Lorén, Casa Viñas, Casa Tejedor, Casa Joaquín y Casa Miguela, pero también las bordas y graneros, algunos transformados en vivienda, y la pequeña herrería, con su fuelle y su ya casi hundida cubierta de losas.
FIESTAS Y TRADICIONES
Las fiestas mayores se celebran el 24 de agosto en honor de San Bartolomé, y las menores el 20 de enero, San Sebastián. La víspera se preparaba la “masada de la caridad” y el día del santo los mozos ahumaban el “mayo” antes de subastarlo. También participa en la romería del Voto de San Indalecio.